pijama
Allá por los 70 en los restaurantes de Levante había un postre que se llamaba así.
Postre de domingo y de bodas, era uno de esos postres sin receta, a base de cosas festivas (por aquel entonces mucho más festivas que ahora): flan coronado con nata montada, piña y melocotón en almíbar y bolas de helado, todo regado con bien de caramelo.
Todas esas cosas que entonces sólo se comían en días de mucha fiesta.
En aquellos años era un plato de esos de decir, alaaa, que hoy voy a por todas.
Un plato de esos de darse un homenaje -y luego ponerse muy malito ;)
El mío de hoy, con éste, sólo comparte el nombre.
.
.
De pequeña yo tenía un pijamita de rayas azules y blancas, suave y mollosito, típico de los años 70, como el postre.
Me encantaba aquel pijama, aterciopelado, acogedor, tan pastelito, y que olía a colonia Denenes.
Este plato es igual de reconfortante que aquel pijama, pero al contrario que mi pijamita, también nos vale a los de cuarenta años después.
Y como él, también tiene unas cuantas rayas.
.
{para una cena de dos en un sofá, o un aquí te pillo, aquí te mato}
- 3 patatas medianas cortadas en láminas transversales
- 250 gr de nata líquida
- 2 manzanas Starking o Fuji (rojas, dulces,crujientes)
- 8 lonchas de queso cheddar
- sal y pimienta
- una cucharadita de azúcar, blanquilla o moreno
- 1 lámina de hojaldre refrigerado
- 1 huevo batido para el baño
- 1 cuenco que pueda ir al horno de unos 20 cm de boca
Precalentar el horno a 180º.
Colocar las láminas de patata en una cazuelita y cubrirlas con la nata. Dejarlas cocer 15 minutos tapadas a fuego muy suave.
Mientras, pelar las manzanas y cortarlas en cubitos.
Colocarlas en una sartén con una nuez de mantequilla y dejar que se sofrían muy despacio, unos 15 minutos, hasta que estén tiernas y doradas. (También se pueden preparar en el microondas en un cuenco tapado, 5 minutos a máxima potencia con un poquito de mantequilla).
Los últimos minutos añadirles la cucharadita de azúcar, revolver bien y dejar que se caramelicen. Retirar del fuego y reservar.
Montar el pijama:
Colocar sobre el fondo del cuenco una primera capa de patatas con nata, aderezar con sal y pimienta.
Cubrirlas con 4 láminas de queso cheddar.
Colocar encima los cubitos de manzana caramelizada, y una nueva capa de queso cheddar con las 4 láminas restantes. Cubrir con una última capa de patatas con nata. Aderezar con sal y pimienta.
Disponer el hojaldre tapando la boca del cuenco.
Dejar una banda de 2 o 3 cm cubriendo la pared parte superior de la embocadura, fijarla con un poco de presión de los dedos y cortar el resto con un cuchillo.
Hacer una chimenea en el centro del hojaldre con un cuchillo para que el vapor de la cocción pueda salir del cuenco.
Pincelar el hojaldre con huevo batido.
Hornear 30 minutos a 180º, o hasta que el hojaldre esté hinchado y dorado, y con ese aspecto de «cómeme ya».
Un pijama del otro, calcetines, una peli y un sofá y el cuenco en las rodillas, cuchara en mano.
Hunde uno la cuchara, y la saca llena de patatas tiernecitas envueltas en seda de nata, con el dulzor de la manzana caramelizada punteando por encima, y los hilos del cheddar fundido envolviéndola del color del sol.
Con su cortecita crujiente de hojaldre por encima.
Calentita. Oliendo a tahona, a pimienta fresca, al dulzor ajardinado de la manzana, y a noche que empieza.
Perfecta para noches de amiguitas. Y de amiguitos. Y de amiguitas con amiguitos.
Ideal para noches de amor loco (en las que hay que rendir mucho).
Pues sí. Como homenaje tampoco está nada, pero que nada mal…
Feliz semana a todos.
Fer,
el pijama, el remate de la comida de domingos especiales, bodas y comuniones al que siempre recibíamos con buena cara y muchas ganas (incluso después de zamparnos un plato de paella talla XXL). Un clásico entre los postres viejunos.
Tu pijama tiene una pinta gloriosa. !Viva la comida beis!
Besos,
Jejejeje. Cómo me captas, prenda. Pura transparencia. ¡Viva la comida beis! <3
Hola Fernanda,
me hace gracia recordar una anécdota que contaban en un programa de cocina. En el aluvión de turistas extranjeros que llegaban en el verano estos pedían melocotón Melba. La comanda que cantaban a la cocina era: «Oooooootro pijama» :-)
Para mi el pijama es el que dices, el del flan con…¡de todo! 8-) No sé en qué momento se trasladó el asunto del Melba al pijama.
Saludos,
Jose
Jajajaja. Suena un poco a peli de Berlanga, no?
El alcalde dice, con su voz de medio ahogándose: Total, a ver, que el Melba ese no lleva también helado y melocotón, pues, ñas, coca, otro pijama hombreee!
Pobre Escoffier, removiéndose en su tumba ante tal falta de elegancia, de medida, de precisión, sin su coulis de frambuesas, sin sus almendras crudas fileteadas, con melocotón de bote y en vez del helado de vainilla muy cremoso, hasta un corte de vainilla y chocolate le meten las bestezuelas éstas!
Pos si.
Claro que también tuvo luego el finado Escoffier el incidente del Melba deconstruido de ElBulli pa’entretenerse.
La verdad es que entre los chiringuitos de playa, los restorans de paseo de playa, los de bodas y comuniones y los de la deconstrucción, no se habrá aburrido el amigo Escoffier, no…
Feliz día Jose. Un besazo.
Pocos retratos tan fieles de esta España, que siempre es la misma, que los mostrados por Berlanga; por Azcona y, desde luego, por Gila. :-)
Sotes,
Jose
Como me acuerdo yo del pijama. Vaya sí me acuerdo Fernanda :-) Y de la colonia Denenes! Yo aún tengo un pijama de rayas, de verano, para que veas. Digamos que tu propuesta para la cena de dos muy de dieta no es, pero me imagino perfectamente tirada en el sofá, bandeja en mano, los pies sobre la mesita donde la copa de vino pide insistente ser llenada. Un beso preciosa
Hola Sonia! Qué alegría oírte! Pos si, muy de dieta que digamos no es. Pero ya sabes lo que dice el refrán: donde hay curvas, hay alegría! Y qué razón tienes en lo de la copa de vino ;) Muchas gracias por escribir y que tengas un día estupendo. Un beso!
Pero qué cosa más rica, una mezcla de sabores con la manzana…irresistible! Queda anotado en la lista cada vez más larga de recetas pendientes!
Qué recuerdo del pijama, creo que hoy en día sería difícil conseguirlo en ningún sitio. Me has hecho recordar también los clásicos entremeses que no faltaban en cualquier celebración.
Muchos besos!
Jo, síii, los entremeses, las bandejas aquellas con huevos rellenos, espárragos, y lonchas de fiambre. Y gelatina! Y a veces, huevo hilado! Mira esta entrada de Biscayenne sobre la comida viejuna, te encantará, verás qué peazo fuentes festivo-viejunas! Un beso Ana!