camas de berenjena
Comienza la mejor época para las berenjenas, que son una hortaliza de buen tiempo. Tan bonitas ellas, con esa piel lustrosa y ese color a rouge de invierno, a rodeno mojado y a teja de pueblo.
Estaba pensando en que deben ser de esos sabores que no les gustan a los niños, por ese matiz amargo que las redondea, pero luego me he acordado de mi abuela friendo rodajitas de berenjena con una cola de niños a su alrededor metiendo la mano en la fuente, y he cambiado de idea. (Si os apetece, esa historia la podéis leer aquí.) Aunque a lo mejor sólo les gustan fritas… Yo siempre las recuerdo como una de las delicias de mi infancia, berenjenas doradas, calientes y crujientes con unas escamitas de sal (rodeadas de un paisaje de sol, lo que confirma aquello de que es una hortaliza de buen tiempo).
La receta original de esta preparación de berenjenas nos la dio Marga en el hotel rural Sos Ferres, en Mallorca. (Donde pasamos unos días tan tan buenos, que no sé si sabría contarlos.) -aunque no me estés leyendo: ¡¡hola Marga!! ;)
Como en muchos hoteles rurales pequeños, no hay carta y cuando bajas a cenar vas a que te sorprendan. Bajábamos por una escalera de ladrillo, estuco y cal que era pura poesía, punteada por velas encendidas; sólo se oían los grillos y la música del comedor, y la casa parecía entonces más noble y más grande que durante el día.
Era un introito perfecto para serenar el cuerpo antes de zambullirse en aquellas cenas medidas y despaciosas en las que los platos salían sin prisa mientras nosotros nos dejábamos influir por el vino y por el panel luminoso de la Vía Láctea, que oscilaba sobre la piscina como un rastro irreal que alguien hubiera dejado encendido.
Marga hacía una cocina honesta y de raíces y una noche nos puso este plato de primero, y nos gustó tanto que le pedimos la receta.
Con la leche la berenjena se vuelve delicada sin perder ese carácter agreste que tiene, y el plato tiene algo de terciopelo inesperado.
El plato original, propio de la cocina mallorquina, termina espolvoreando harina de almendra sobre las berenjenas y gratinándolas al horno.
Yo sobre la marcha me lo he ido pensando, he suprimido las almendras y he añadido unos piñones tostados y un filete de lomo de cerdo (de la parte del corte de los lomos que llaman «dos colores», porque resulta más jugoso).
Y lo que queda es un entrepan (entreberenjena!) sencillo y de hacer salivar.
Yo, como soy como soy con el pan, que no tengo freno, le metería debajo una buena rebanada de un mejor pan. Pero eso ya es para viciosos, está claro.
camas de berenjena
{para 4 camitas}
- 4 berenjenas bien hermosas
- medio litro de leche (aprox.)
- sal, pimienta y nuez moscada
- 4 filetes de lomo de cerdo
- unas ramitas de tomillo fresco
- un puñado de piñones
- aceite para freír
- harina para rebozar
Cortar las berenjenas en rodajas gruesas, desde un dedo a dos dedos, a tu gusto.
Pasarlas ligeramente por harina.
Sofreírlas hasta que se doren suavemente.
Ponerlas en una fuente, añadir leche caliente en el fondo sin cubrirlas y dejarlas cocer de 5 a 10 minutos, según lo gruesas que hayamos hecho las rodajas. Si la cazuela va al horno y no al fuego como he hecho yo, las metemos en horno ya caliente a 185º.
Sacarlas escurriéndolas.
Pasar los filetes de lomo por una plancha o sartén muy caliente sin apenas aceite, vuelta y vuelta, 1 minuto por cada cara.
Montar las camitas: una de berenjena, una de lomo, una de berenjena, unos piñones tostados en la sartén y unas ramitas de tomillo.
Y un pedazo de hogaza, y una botella de buen vino tinto de la tierra, y una buena compañía…
Perfecta felicidad terrenal como la de Sos Ferres, pero en el comedor de nuestra casa… (aunque quién pudiera oír ahora el campaneo de los cencerreos y los balidos lejanos de las ovejas en los campos bajo aquella Vía Láctea de agosto…)
Pensamiento diagonal. Berenjenas, pan… ¿conoces el ajvar?
Saludos,
Jose
Jajaja… Cuéntame, cuéntame… A ver en qué estás pensando…
Pimientos morrones asados, limpios de pepitas y pieles. Berenjenas asadas y también desnudas de piel. Todo ello en el mortero, con ajo (crudo) y unos cominillos. Es similar al manchego asadillo, pero con el concurso de la berenjena. Esto sobre un pan, digno de llamarse así, es de lo que te reconcilia con el mundo durante unos breves instantes.
Saludos,
Jose
ELE salero. Me lo apunto en mi lista de remedios contra la melancolía, el cabreo monumental y demás. Tú sí que sabes. Qué grande eres.
Una corrección. He revisado y el ajvar no lleva cominos. El asadillo manchego, sí :-)
Saludos,
Jose
Tu cocina y tú sois como un Arco-Iris.
Querida Felisa, cuánto me alegra oírte. Feliz primavera, besos, besos, besos.