mermelada de higos
mermelada de higos y naranja
- 1 kilo de higos pelados y partidos en cuartos o en medios cuartos, dulces pero no muy maduros
- los gajos de dos naranjas dulces peladas al vivo
- tres cucharadas de cáscara de naranja confitada picada
- 1 cucharada de ralladura de naranja
- la piel cortada en tiritas de una naranja, cocida en un cacito con agua 15 minutos y escurrida
- 2 cucharadas de Cointreau
- el zumo de un limón
- 5 gr de pectina cítrica
- 350 gr de azúcar blanca o dorada
- (o 275 gr de endulzante para confituras Dayelet y 75 gr de azúcar si se quiere hacer muy baja en azúcar)
Aquí tenéis el procedimiento completo de cómo hacer cualquiera de mis mermeladas favoritas. Pegadle un vistazo antes de empezar para poder ojear el proceso completo y conocer bien todas las fases.
Y empezamos con ésta: pelar y partir los higos.
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Rallar una de las naranjas y reservar la cáscara rallada.
Pelar la otra llevando cuidado de dejar la mayor parte de piel blanca en la naranja. Cortar la cáscara en tiritas finas, cocerla en agua hirviendo 15 minutos y escurrrirla. Reservar.
Pelar las dos al vivo, dejando la carne limpia al descubierto, y cortar las naranjas en trocitos.
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Cortar la cáscara de naranja confitada en trocitos, del tamaño que una se los quiera encontrar : )
Exprimir el limón.
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Unir todos los ingredientes anteriores, excepto el Cointreau, con el azúcar en la cazuela de confituras y dejarlo reposar desde media hora a una noche entera, para que el azúcar se disuelva. Remover de vez en cuando.
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Poner la cazuela a fuego suave hasta que el azúcar se haya disuelto por completo.
Entonces pasarla a fuego moderado hasta conseguir un hervor vivo y mantenerlo. Añadir el jengibre, la naranja y las especias.
Si se quiere, machacar un poco la fruta con el utensilio que empleamos para machacar las patatas en el puré.
Yo siempre dejo al menos una parte de la fruta en trozos, para que la fruta tenga presencia y potencia de sabor después.
Cuando hayan pasado 10-15 minutos añadir la pectina. Remover suavemente para disolver. Dejar cocer 5 minutos más, añadir el Cointreau, dar un par de vueltas y retirar del fuego.
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Dejarla reposar fuera del fuego 15 minutos.
Entonces, mientras está caliente aún, envasar en los botes preparados llenándolos de mermelada hasta el tope, para que la capa de oxígeno que quede libre ente la mermelada y la tapa sea la menor posible.
Limpiar bien los bordes y paredes de los botes de cualquier salpicadura con un paño húmedo y caliente. Secarlos con papel absorbente.
Si se quiere, se pueden cortar círculos de papel de hornear (sulfurizado) y colocar sobre la mermelada a modo de tapa intermedia (también puedes comprar discos sulfurizados ya cortados a medida de los tamaños clásicos de bocas de tarro en internet; tienes más información sobre diversos accesorios útiles -y menos útiles pero muy bonitos- para cocinar mermeladas en la entrada que te he sugerido al principio, «querida mermelada»).
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Se cierran los botes firmemente con sus tapas, y si se desea alargar su tiempo de conservación, puesto que esta preparación contiene poco azúcar, se pasteurizan hirviéndolos 20 minutos (contando desde el primer hervor) colocados sobre un paño de algodón limpio en el fondo de una olla (para que los golpes contra el fondo con el hervor no los rompan) de fondo grueso donde el agua los cubra un par de dedos.
mermelada de higos con maría luisa
- 1 kilo de higos pelados y partidos en cuartos o en medios cuartos, dulces pero no muy maduros
- el zumo de un limón
- 5 gr de pectina cítrica
- 1 pieza de anís estrellado
- 1 cucharadita de semillas de anís verde
- 350 gr de azúcar blanca o dorada
- (o 275 gr de endulzante para confituras Dayelet y 75 gr de azúcar si se quiere hacer muy baja en azúcar)
- 200 gr de una infusión de hojas de maría luisa
La maría luisa es un arbusto cítrico de hojas lanceoladas, ásperas y con un perfume que concentra todo el aroma imaginario del verano al sol.
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Combina deliciosamente con los higos.
Tanto en sabor como en las imágenes que evoca en la imaginación, componen un matrimonio resplandeciente.
Para mí, higos, maria luisa y anís, con sus umbelas como estrellas amarillas, son como una postal del verano de infancia.
Y algo que me pasa con menos cosas: también son una preciosa postal del verano adulto, maduro y feliz.
Esencias del mediterráneo, azul, verde y dorado, macerando evanescentes y generosas bajo el alcohol del sol.
En una tetera, hacemos una infusión muy concentrada, con algo menos de un vaso de agua, con un puñado grande de hojas de maría luisa, lavadas.
Cuando la infusión está lista, colocamos en la cazuela de confituras todos los ingredientes y los dejamos reposar.
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Y para el resto de la receta, procederemos de igual manera que hicimos antes con la mermelada con naranja, retirando el anís estrellado al final de la cocción.
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Una tarde de hacer hogar, y todo un año de olor a verano disponible sólo con abrir un bote que duerme en nuestra despensa. Qué maravillosamente barato… : )