hojaldre caprese
- una lámina de hojaldre
- 8 tomates maduros (los míos, tipo pera)
- 5 piezas de mozzarella fresca
- orégano, fresco o seco
- romero, fresco o seco
- albahaca fresca
- aceite de oliva, uno muy rico
- sal y pimienta
Cortar los tomates en rodajas.
Disponerlas en una bandeja de horno, sobre papel sulfurado o un silpat, y rociarlas con aceite, orégano y romero, sal y pimienta.
Asarlas a 200º durante 40 minutos, o hasta que los bordes se caramelicen y los tomates estén dorados y se haya evaporado su agua y concentrado sus azúcares.
.
.
.
.
Pasar la bandeja sobre una rejilla y dejar que los tomates se templen.
Mientras, cortar la mozzarella en láminas y colocarlas sobre camas de papel absorbente. Es importante drenarlas de su agua para que no empapen el hojaldre.
Si en la bandeja donde los tomates se están enfriando queda agua o jugos, hay que separarlos de la bandeja y colocarlos en un plato, bien escurridos.
.
.
.
.
Extender el hojaldre sobre una bandeja de horno protegida con una hoja de papel sulfurado.
Hacer un pequeño borde pinzando las esquinas para que los extremos del hojaldre se levanten y compongan una caja.
Comenzar a disponer filas sobre el hojaldre, en las que alternaremos rodajas de tomate y de mozzarella.
.
.
.
.
Rociar con sal, pimienta y ese aceite de oliva rico que hemos elegido.
Bajar el horno a 180º y cocer el hojaldre durante 30 minutos o algo más, hasta que esté hinchado y dorado y los tomates caramelizados.
Sacar el hojaldre a una rejilla.
.
.
.
.
Cuando se temple, esparcir sobre él hojas de albahaca fresca y una capa de parmesano rallado.
Hay que servirlo templado.
.
.
.
.
Verdaderamente delicioso. Tan italiano. Tan verano dorado.
Felicidad sensorial sobre crujiente.
.
.
.
.
Perfecto para un día de comer con los dedos, en sábado y con piscina.
· SED FELICES ·