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Escrito por el Abr 30, 2020 en cocina de cosecha, desayunos de domingo | 0 comentarios| etiquetas: alimentación consciente, comida energizante, comida sencilla, desayunar con fruta, desayunos, saludable, saludo al sol

desayuno de confinamiento

¡Bobadas!–replicaba Mónica Vitti. ¡El mundo es de quien se siente feliz por levantarse!

Este es mi desayuno de cuarentena:

  • dos huevos de gallinas criadas en libertad
  • un poco de queso
    (mis preferencias son Tronchón de Catí o de Almedíjar. Algunos días, los que menos, algo más graso y traído adrede: queso de Mahón, Idiazábal ahumado o Appenzeller). Una buena fuente de calcio diaria, aunque sea pequeña (yo no tomo leche).
  • unos brotes frescos
  • un trozo de tallo de cebolleta cortado a rebanadas
  • un puñado de fresas
  • un puñado de frambuesas, frescas o congeladas
  • una taza de café

  • una infusión de jengibre y limón
  • media cucharada de miel para la fruta
  • una cucharadita de aceite de coco virgen extra para el café
  • sal y pimienta

 

 

Desde que escribí esta entrada, mis costumbres «conscientes» relacionadas con la alimentación no han dejado de evolucionar (me gusta pensar que hacia delante).

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El desayuno que «practico» ha ido cambiando desde entonces.

Básicamente, ha cambiado en cuanto a tomar más importancia y convertirse en una comida principal, invirtiendo su papel con el almuerzo, que ahora es muy ligero o inexistente, y en cuanto a aumentar la cantidad de proteína y grasa saludable que contiene y disminuir la cantidad de hidrato.

Para dar variedad, de vez en cuando me preparo un desayuno de fruta, o un batido… Y mis adoradas cocas y bollos se quedan para los domingos.

Así que ahora, para el día a día, me hago un desayuno donde tengo la proteína de los huevos revueltos y el queso, espolvoreados con rodajas de cebolleta y unos brotes cargados de vitaminas… a veces también un poco de cebollino picado y de un tomate Raf con aceite y sal.

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Azúcar de absorción rápida para poner en marcha el metabolismo, pero poca: la de la miel y la fruta.

Antioxidantes de la fruta roja y el café.

 

Hidratación, alcalinización y apoyo a la función inmune con la infusión de limón y jengibre…

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Y la ceremonia de comenzar el día con agradecimiento y reverencia, sin ninguna pantalla digital cerca, mirando el cielo por el balcón, desayunando despacio, sin hacer planes, dejándote fluir sobre el comienzo del día como se flota sobre una lámina de agua tibia.

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Ahora durante el teletrabajo es más fácil de hacer, pero es una costumbre ganadora. Más que un lujo para ociosas, deberíamos pensar en la construcción de nuestro propio ritual de inicio del día como en una de las columnas basales de salud física y emocional cotidiana.

Que las cosas buenas en que nos hemos apoyado estos días de confinamiento no se nos olviden con la premura de desear olvidar las malas.

 

· SED FELICES ·

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