kalács
kalács
El kálacs es un pan húngaro de celebración, de pasta similar al brioche y muy parecido a nuestros panes festivos de la Pascua.
Tradicionalmente se prepara en forma de trenza, y en ocasiones se rellenaba con huevos, símbolo pascual, igual que hacemos aquí con nuestras monas o con los bollos preñaos, pero también puede adoptar forma de rosca, de rosetón o de corona con diversas formas, como ésta corona con forma de sol que he elegido yo.
La receta no es difícil, aunque sí un poco entretenida. Es claramente un plato de celebración o de fiesta, y por tanto, el tiempo que le dedicamos suele venir motivado por una buena causa.
La masa se puede preparar en amasadora o robot de cocina, y el montaje, aunque lo parezca, no es realmente difícil. Sólo hace falta no ponerse nervioso y no atarantarse. Creo que el resultado vale la pena.
{masa}
- 300g harina
- 200ml de leche tibia (temperatura corporal)
- 15g de levadura fresca de panadero
- 1 cucharadita de créme fraîche
- un pellizco de sal
- 4 cucharadas de aceite de oliva
{relleno}
- medio paquete de bacon cortado en trocitos
- 5 cebolletas o escalonias picadas o loncheadas
- 2 cucharadas generosas de créme fraîche
- un par de cucharadas de parmesano rallado
- 1 cucharadita de mostaza antigua
- 1 huevo
- un puñado de piñones o de semillas de girasol
En el bol de la amasadora, colocar la harina mezclada con la sal, la levadura troceada, la crema y la leche tibia.
Amasar con el gancho durante 5 minutos, tapar el bol con el paño y dejar reposar 20 minutos. Añadir el aceite, amasar otros 5 minutos y dejar reposar media hora (o hasta que haya levado claramente).
Mientras leva, mezclar en un cuenco la crema, la mostaza y las cebolletas.
Precalentar el horno a 200º.
Dividir la masa en dos partes iguales.
Extender la primera a rodillo sobre un papel de horno, enharinando ligeramente el rodillo si es necesario para que la masa no se adhiera a él. Extenderla hasta que quede fina y supere el tamaño al que vamos a cortarla, que es el de un círculo de 25 cm. Utilizamos un plato para cortar el disco.
Luego repetimos la operación con la segunda mitad de la masa.
Colocamos el relleno sobre uno de los dos discos, reservando una franja exterior de unos 2 cm para que los discos puedan unirse bien, y sobre él dejamos caer los trocitos de bacon y el parmesano rallado. Depositamos con cuidado, ayudándonos del papel sulfurizado sobre el que descansa, el segundo disco de masa sobre el primero. Cuando los hayamos presentado en el sitio que toca, lo dejamos que apoye, presionamos suavemente uno sobre otro y con delicadeza levantamos el papel sulfurizado del disco superior.
Ahora lo deslizamos sobre una base plana ayudándonos del papel de abajo, y lo metemos media horita en la nevera para que al cortarlo y doblarlo esté más rígido y sea más sencillo.
Lo sacamos de nuevo y a la encimera. Colocamos un vaso de cristal en el medio. Eso será el centro del sol. Y ahora los rayos (del sol) ;)
Hacemos cuatro cortes, uno a las 12, otro a las 3, otro a las 9 y otro a las 6. Cada vez que hacemos uno separamos los bordes deslizando el cuchillo a derecha e izquierda.
Cada corte se divide en dos.
Y cada uno de estos dos (ahora tenemos 8), en tres (y entonces tendremos veinticuatro).
Levantamos el vaso. Habrá dejado una bonita marca circular.
Y ahora hacemos lo siguiente: metemos el cuchillo en harina, lo deslizamos por debajo de una porción de tarta, la levantamos
la cogemos con los dedos, y le damos tres vueltas: la primera sobre la unión de la pieza al centro del sol
y luego otra
y la última ya en la parte final de la pieza.
Es fácil. Hay que ser decidida pero delicada. Una, dos y tres.
Y así con las otras veintitrés, metiendo el cuchillo en harina cada vez. En nada habréis terminado, al tercero ya le has cogido el tranquillo y luego es coser y cantar.
El horno ya estará caliente, así que pintamos la tarta con huevo batido, y espolvoreamos las semillas sobre el centro de la pieza.
Y al horno.
Se hinchará gloriosamente, y los niños empezarán a aparecer por la cocina canturreando, ¿qué hay en el hornooo?
Si tenéis gatos que hablen, también.
Encima de la mesa de mi hermanita duró diez minutitos. Visto y no visto.
Éxito total de público y crítica. Y para eso trabaja una, no?
Si tenéis dudas, escribidme. Y anotadla en vuestra libretita de recetas para epatar al personal que además están de rechupete.
Feliz semana a todos!
Esta receta está tomada del blog At down under. Mirad esta otra entrada, y ya me contaréis cuántos dientes os han arrastrado por el suelo después.
Hola Fernanda,
Me he trasladado por unos minutos a esa tormenta, y qué rico el olor a lluvia posterior.
Uy la receta me encanta, había visto este tipo de soles con hojaldre por internet, pero no con esa masa que tiene tan buena pinta que tu has hecho. Me entran unas ganas terribles de hacerlo, en cuanto tenga ocasión, aprovechando alguna comida familiar o con amigos lo haré…te contaré! Por cierto, qué bien explicado con fotos y todo, se agradece :)
Muchos besos