ebelskivers
Son los años 60 y en las cocinas se compran seis cosas básicas: una vajilla completa de 12 cubiertos, una «batería de cocina», un aspirador (¡qué fantasía, un aspirador!), un juego de cuchillos y utensilios de cocina, un juego de aceitera y vinagrera y un juego de jarras de cerámica para colocar sobre la bancada de la cocina donde acomodar aceites usados, especias y accesorios.
En los 60, en España. había una marca que se llevaba el gato al agua en cuanto a las gamas «de tendencia» de jarras y accesorios de porcelana decorada para la cocina, y era Porcelanas Guillén.
Además de esos encantadores juegos coordinados de jarritas para el aceite, ajos, estropajos, etc, en diseños varios de inspiración pop, Guillén hacía vajillas, platos de decoración mural, piezas de mesa y de tocador.
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¿Os acordáis de aquellas ranitas para colocar los palillos? Eran de Guillén.
¿Los juegos de botellas de perfume de porcelana para el tocador? Eran de Guillén.
¿Los platos de motivo orientalizante para colocar en las paredes del comedor? Eran de Guillén.
No es totalmente exacto pero no es incierto decir que yo me quedé felizmente varada, en una de mis «derivaciones», en la estética de la cocina pop gracias a la influencia de las bellas piezas de Guillén y de algunos de sus cómplices.
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Ahora no pondría en mi cocina uno de esos preciosos juegos de jarras de Guillén, pero hace bastantes años (más de diez) que tenía una alerta en todocoleccion, y mas recientemente en wallapop, buscando el juego de café del motivo floral concreto de ese juego de jarras que tenían mis padres en el apartamento de Benicasim. (Ya sabéis los que me conocéis que soy adicta a los juegos de café).
A nivel de «mi vida persistente y sus hallazgos», ha sido un año gozoso. Finalmente apareció ese precioso juego «tú y yo» de café de Guillén con el dibujo de mi infancia, en perfectas condiciones, y justo antes de Navidad apareció también el belén infantil de Manuel Ortigas de mis padres de fínales de los años 50! Para quienes valoramos los objetos bellos del pasado, la vida está llena de sorpresas agradables ; )
Así que para celebrar la llegada a casa de ese nuevo juego de bellos objetos cómplices, he planeado este desayuno un poco exótico, entrando en resonancia con el exotismo efervescente y alegre que sin duda los diseñadores de Guillén quisieron depositar en esas piezas, para que cada familia pudiera trasladar emociones nuevas, prometedoras y chispeantes a su hogar.
Los ebelskivers son piezas reposteras de tradición sueca. Son bollitos de masa tipo donut, que se rellenan de diferentes preparaciones dulces y saladas, y se cuecen, de forma tradicional, en una sartén formada por huecos circulares para acomodar la forma redondeada de los bollos.
Al final vienen a ser como una pequeña berlina rellena.
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Una pura delicia hecha para ser mordida con concupiscencia antes de que nos entregue su relleno delicuescente. Un escalón más allá en la escala del dorado placer alcanzable donde las pilotes de frare y los donuts marcan sus propios hitos.
- 155 gr de harina
- 1 y 1/2 teaspoon de azúcar
- 1/2 teaspoon de levadura química
- 1/4 teaspoon de sal
- 2 huevos L, con la yema y la clara separadas
- 250 ml de leche
- 2 tablespoons de mantequilla derretida y enfriada
: : para unos 20 bollitos
En un cuenco mezclar la harina, la levadura, el azúcar y la sal.
En otro cuenco, batir las yemas de huevo y añadir la leche y la mantequilla.
Mezclar ambas masas con una espátula has que queden bien mezcladas.
Montar las claras a punto de nieve floja, que no queden muy duras.
Mezclar un tercio de las claras con la masa de harina para aligerarla y que sea más fácil incorporar el resto. Doblar las claras dentro de la masa atizando una espátula y amplios movimientos envolventes.
En una plancha para donuts o en una sartén de ebelsvivers, pincelar cada hueco con mantequilla blanda. Poner la sartén o la plancha a calentar y cuando esté caliente dejarla a fuego bajo.
Preparar el relleno elegido para tenerlo todo a mano.
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Trabajando con ligereza y ayudándote de dos cucharas, colocar sobre cada hueco una cucharada sopera de masa, dejar caer en el centro una cucharada de postre del relleno elegido, que puede ser dulce o salado (mermeladas, crema pastelera, chocolate, jamón y queso, tomates secos con albahaca, foie, lo que se te ocurra) y rápidamente taparlo con otra cucharada de masa.
Dejar cocer unos 5 minutos, dar la vuelta a los pollitos utilizando unos palillos chinos o dos tenedores, y volver a cocer a fuego bajo 5 minutos más el otro lado.
Es importante que el primer lado esté bien cocido para que los bollitos se den la vuelta limpiamente, y es importante que el fuego esté bajo para que el interior de la masa se cocine bien sin que el exterior se dore en exceso.
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Tendréis que coger el punto en la primera tanda que hagáis, una vez hagáis las comprobaciones de tiempo e intensidad del fuego, es pan comido.
Acompañados de una taza caliente, son una merienda de tarde de lluvia deliciosa.
· ¡SED FELICES! ·
Notas felices:
La ranita:
Los especieros:
El juego de tocador:
El juego de cocina:
Las piezas «pop»:
El logo Guillén:
Las flores sobre la mesa son: ranúnculos, crisantemo rosa pálido, vara de ciruelo, gerbera anaranjada, flor de cera rosa intenso.
Sobre el aparador: tulipanes en el jarrón verde, y en la jarra rosa, campánulas azules, alium lila, clemátide violeta y hojas de lentisco.
Hola Hola,
He vuelto a leer tu blog que habia abandonado hace tiempo-
Es un verdadero deleite leer tu blog. El texto y las fotos, que maravilla.
He copiado unas recetitas que preparare mañana que tenemos visita para celebrar el solsticio.
Las masas y panes siguen siendo mis favoritas.
Por cierto asití a la presentación del libro que Bea ha escrito. Emocionante verla tan entusiasta como siempre.
Un abrazo desde Segovia
Pilar
Pilar! Siempre es una gran gran alegría reencontrar a las antiguas compañeras de lectura y aficiones, una alegría grande de verdad, que tiene detrás algo muy emotivo. Muchas gracias por escribirme y hacerme saber ese trocito de historia tuya que me encanta, porque al final escribimos para eso, para hacer esta clase de red invisible y resistente a todas las distancias. ¿Te salieron bien las recetitas en tu celebración del solsticio? Seguro que sí! Hay algo mágico en esa fiesta, quizá sobre todo nuestra propia percepción efervescente de la promesa aún indefinida del verano, y cómo eso nos predispone hacía la bonhomía. Espero que haya sido una noche muy feliz. Te mando un grandísimo abrazo hasta Segovia. Fer
p.d.: es un milagro del entusiasmo hecho mujer, nuestra incombustible Bea : )