tajine con granadas
tajine de cordero con granadas y dátiles
- unos 700 gr de paletilla de cordero deshuesada
- 2 cebollas picadas
- 2 dientes de ajo, picados
- 1 cucharada de jengibre rallado (comprar un rizoma de raíz de jengibre)
- 2 tazas de zumo de granada (en tiendas de alimentación natural)
- media taza de dátiles a trocitos (da igual de qué clase, de la que más os gusten)
- 1 cucharada de harissa (se vende en tubos o en tarritos, en supermercados con secciones de cocina exótica)
- 1 cucharadita de pimentón de la Vera
- media cucharadita de pimienta de cayena (OJO: sólo si de verdad os gusta el picante. Si no, mejor prescindir)
- 1 cucharadita de comino molido
- media cucharadita de jengibre molido (no fresco, sino la especia)
- media cucharadita de cilantro molido (no fresco, la especia)
- 1 pellizquito de hilos de azafrán
- unas ramitas de cilantro y menta fresca, para picarlas
- media taza de pistachos, naturales mejor (sin sal y sin asar)
- 1 granada
- 400 gr de cuscus precocido de grano medio
La lista de la compra es un poco larga pero no es cara y el cordero es realmente fácil de hacer. Y qué delicia entrar en la cocina con todos esos olores flotando por encima de la cazuela!
Sofreír el cordero cortado en taquitos en aceite de oliva hasta que se dore en una cazuela de fondo grueso, ideal una tipo Le Creuset. Reservarlo.
Sofreír la cebolla, unos minutos, hasta que esté transparente y suave. Añadir el jengibre rallado y el ajo. Sofreír un par de minutos, hasta que el perfume del jengibre ascienda.
Añadir el zumo de granada, los dátiles y todas las especias, los pistachos, salpimentar, cubrir y dejar cocer a fuego suave durante dos o tres horas, hasta que el cordero esté tierno y meloso.
Preparar el cuscus. Yo suelo prepararlo primero así, y luego ya añado lo que lleve:
Preparamos el cuscús en un bol. Añadimos un pellizo de sal, otro de pimentón dulce, unas hebras de azafrán y rallamos un poco de pimienta rosa por encima. Hervimos la misma cantidad de agua que de cuscús (que vendrá a ser unos 70 gr por persona). La vertemos sobre el cuscús aún hirviendo. Mantenemos un reposo de cinco minutos para que el cuscús absorba el agua y crezca. Removemos bien para que los granos de despeguen. Añadimos una chorro de aceite de oliva virgen extra y removemos de nuevo, hasta que quede bien suelto. Probamos el punto de sal. En este caso, cuando esté listo le añadimos la menta y el cilantro picado, los pistachos sin piel y las semillas de granada, reservando unas pocos. Probar el punto de sal y rectificar si es necesario.
Y listo!
Ahora ponemos un lecho de cuscus en cada plato, depositamos un cucharón de esta carne intensamente aromática que se deshace como melaza, y la espolvoreamos con unas semillas de granada, que este mes ya lucen ese extraordinario color rubí que hace que parezcan gemas diminutas.
Y a disfrutar en una hermosa mesa con un buen vino y mejores amigos.
Veréis cómo la próxima vez que os venga a la nariz una bocanada de perfume de jengibre, se os abrirá una sonrisa de oreja a oreja.
Feliz semana a todos!