bunyols de carabassa
primavera florida
La primavera está ya tocando a la puerta y comienzan las fiestas que celebran el fin del largo invierno.
Aquí y allá el fuego, que quema lo antiguo para que pueda resurgir lo nuevo, los árboles y las romerías en las que se va al encuentro de la naturaleza son la música de fondo de estas fiestas que hemos heredado de tiempos en los que sobrevivir al invierno era algo trascendente que había que celebrar.
Aquí en Valencia la fiesta en cuestión son las Fallas. Pese a toda la parafernalia de macrofiesta y desbarre en que se ha convertido, aún se pueden rastrear en ellas -a ratos, con distancia y con buena voluntad- los acordes de aquellas fiestas primitivas: las fogatas que queman las fallas, los colores florales de los trajes de las mujeres, las explosiones de ruido y adrenalina de las mascletás, que producen en el cuerpo el mismo impacto que debe sentirse cuando uno se desprende de golpe de una piel antigua.
Y aquí, además de petardos y de un lío de no menearse, de un día para otro las calles se llenan de buñolerías: los bunyols, de calabaza, de higo y de viento, se comen a todas horas; a media mañana, para desayunar, antes de irse a la cama los que se acuestan con el sol, a media tarde, de resopón a mitad madrugada…
Así que hoy, y para recordar esa llegada inminente que celebraremos a lo largo de los dos próximos meses con muchos otros perfumes, un poquito de olor a pólvora y a masa levada dorándose en aceite.
buñuelos de calabaza
Los más auténticos aquí. Difícil encontrar una buñolería que trabaje la masa de modo que la pasta de calabaza no haga perder al buñuelo su cualidad aérea. Pero en realidad no tienen ningún misterio, mas que trabajar con una masa bien levada, llena de burbujitas de aire, y con un aceite caliente al punto (sin humear) y de buena calidad.
{lo que necesitamos}
- 500 gr de calabaza asada
- 500 gr de harina
- 110 gr de levadura fresca
- 100 gr de gaseosa (bebida gaseosa)
- 100 gr de agua
Batimos la calabaza con unas varillas o con un tenedor hasta obtener un puré homogéneo y suave (o en la Thermomix o similar).
Disolvemos la levadura fresca en medio vaso de agua tibia.
Añadimos la harina y la levadura, junto a el agua y la gaseosa, a la pasta de calabaza y batimos bien.
Quedará una pasta espesa y cremosa.
La gaseosa se puede preparar echando en agua uno de esos sobrecitos de soda que venden en casi todos los supermercados.
La dejamos levar tapada hasta que doble su volumen en su sitio cálido.
Ayudándonos de dos cucharas vamos formando bolitas y friéndolas en aceite caliente, que no humee aún, y dándoles la vuelta para que se doren por igual.
La fritura no debe ser muy rápida porque si se doran demasiado rápido no tendrán tiempo de hincharse y de cocerse por dentro.
La forma tradicional del buñuelo, con el agujero en medio, que tiene su técnica y no es precisamente fácil, ayuda a que el interior se cueza, al permitir el paso del aceite por el centro. Así que hay que freírlos bien en caliente pero sin que se “arrebaten”.
Si os hace ilusión hacerlos con esa forma y no domináis aquello de hacer el agujero con el pulgar, en muchas ferreterías tradicionales venden un artefacto muy curioso que se llama “buñolera”, un molde con forma de buñuelo en el que deposita la pasta, con un mango que permite introducirlo en el aceite hasta que el buñuelo se sella y se suelta con la forma ya adquirida.
Calentitos aún se rebozan en azúcar blanco. ¡¡Ñam Ñam!!
buñuelos de viento con crema pastelera
Para los más golosos, otra variedad:
Preparamos una crema pastelera con 20 gr de maizena, 50 gr de azúcar, 15 ml de ron, una yema de huevo y 125 gr de leche.
Ponemos un cazo con todos los ingredientes al fuego; en cuanto se caliente, la mezcla comenzará a espesar. Batimos constantemente con un batidor de varillas y la mantemos a fuego medio hasta que adquiera la consistencia de crema pastelera. La retiramos del fuego y la dejamos enfriar.
Ahora preparamos la masa de buñuelos, que en realidad es una masa choux. En un cazo ponemos a hervir 125 ml de leche con 75 gr de mantequilla y una pizca de sal. Cuando hierva, echamos de golpe 100 gr de harina y removemos con un batidor de varillas, a fuego suave, hasta que la masa se seque y se despegue de las paredes con una consistencia mantecosa y textura brillante.
Añadimos entonces dos huevos, mejor de de uno en uno, incorporándolos completamente con las varillas. La masa ganará aún más brillo. Añadimos la crema pastelera y un poco de ralladura de naranja al gusto, y volvemos a batir.
Ya tenemos lista la masa de buñuelos, que se puede freír inmediatamente, con el mismo procedimiento que hemos seguido arriba. Estos buñuelos se abren, se hinchan y se tuestan antes, por lo que hay que andarse con ojo con el fuego. Mejor dorados que renegríos. Y ya sabéis, más ñam ñam!!
¡Y feliz comienzo de primavera a todos!
No lo puedo soportar!!!!!!!? Veo esos buñuelos tan dorado tos y calentitas que deben estar y ……. No lo puedo soportar. Tienen que estar buenísimos y yo aquí sin probarlos……..nada, he de resignarme…….
Locos debéis andar con las Fallas, pero el final esta muy cerca el miércoles la crema y finiquito. Y en cuanto terminen ahí empieza aquí la Magdalena. Que no es para festejar el final del invierno, sino para conmemorar la bajada del pueblo de la montaña a la plana, de ahí el,»de la plana» de Castellon. Y sube y baja cada año en el calendario porque ese trasladó se hizo el tercer domingo de Cuaresma. Por lo tanto las fiestas dependen, como la Semana Santa de la luna.
Cuantas Magdalenas hemos pasado tan hermosas….., comiendo, entre otras cosas, los rollitos que hacia la abuelita para la tarde del Prego y aquellos «pipos» y tortilla de habas para la Romería. Aquello paso, ahora son otros tiempos y….. Las mismas fiestas. Besos
Creo que ya no son las mismas… (las mismas fiestas…) pero son las del tiempo nuestro. Éstas aún son las nuestras, aquellas eran las nuestras con ellos, y eran otras, así lo siento yo. Tengo una foto preciosa donde estáis tú, la mamá, la tía Amparo Fabra y la tía Amparo Frontera, los abuelitos y el tío Pepe, y otro hombre que yo creo que debe ser el otro hermano, porque se parece mucho al tío Pepe, en San Roc de Canet, en el 69, con el pañuelo verde al cuello, al lado de un campo de naranjos, con las cámaras de fotos y las cestas del almuerzo. Estáis tan jóvenes. Y a los abuelitos se los ve tan felices… Nunca le agradeceré bastante a mi padre que hiciera todas aquellas fotos. Besos fuertes tiita, feliz noche de luna casi llena sobre el mar.
Toma ya! qué pinta!
Hola Fernanda, me quedo sin palabras al leerte y mirar tus preciosas fotos. Impecable tu blog, como pocos…
Siempre te digo que yo no soy cocinera de dulces, pero como los buñuelos me gustan tanto, me voy a atrever a hacerlos. Te agradecería me dieras la receta de los de «viento», bueno, en mi casa nunca han tenido apellido los buñuelos, eran sin «carabassa» y sin nada… Yo no uso levadura, o sea, que dime las papeletas «El Vesubio» que tengo que poner. Lo del Vesubio es un decir porque ahora son de otras marcas, qué rabia, con lo gráficas que eran. ¿Es conveniente que «duerma» un rato la masa?
Te mando un abrazo fuerte de fans total. Lola
Querida Lola, qué alegría oírte! (ya sé que me repito y siempre te digo eso, pero es verdad -:D). ¿Cómo andas? Mil gracias por los piropos, como siempre. ¿O sea que vas a ponerte manos a la obra? Genial.
Si quieres hacer buñuelos de viento, sigue la segunda receta que viene en esta entrada, pero sin hacer la crema pastelera. Te va estupendamente porque esa receta no lleva levadura. Hay quien le pone sobrecitos de El Vesubio ;D (ahora El Tigre, creo), pero no hace falta.
Esta masa no necesita dormir. Es una masa como la de las lionesas. Sabrás que está lista para echarle los huevos porque según la vas moviendo se te despegará sola del cazo. Entonces ya la tienes, y le añades los huevos de uno en uno, batiendo con el batidor de varillas, y se pondrá brillante y muy bonita. Haces bolitas con dos cucharas y las fríes, y ya está.
Aquí el buñuelo tradicional que hace la gente no es propiamente éste, sino uno que lleva sólo harina, agua, levadura fresca y un poco de azúcar. Ése sí que tiene que dormir, pero sin levadura fresca no lo puedes hacer, porque el gasificante tipo gaseosa o tipo levadura Royal no te sirve cuando la masa va a levar antes de freírla o de cocerla.
Yo creo que todos los buñuelos están de vicio así que acabarás feliz con los de viento sin levadura. Seguro que sí. Besos bien bien fuertes, y muy feliz entrada de primavera Lola!
Hola Fernanda,
en el caso de los buñuelos de calabaza, ¿es correcta la cantidad de levadura fresca? No sé, 110 g para 500 de harina (bueno, 1 kg de masa si sumamos la calabaza) me ha dejado bastante sorprendido.
Gracias & saludos,
Jose
Hola Jose! En realidad es una receta tradicional de por aquí; aunque si hablas con muchas yayas te van a dar muchas recetas diferentes, cambiando los porcentajes de todos los ingredientes, sobre todo los de harina y calabaza, encontré varias coincidencias para estas proporciones que finalmente he elegido. Imagino que funciona muy bien a partir de 35-45 gr de levadura fresca (quizá sobre el 5-6% del total, teniendo en cuenta que la calabaza vuelve la masa más pesada). Pero mira, aquí se ve que seguimos el dicho ése tan intelectual de «quant més sucre, més dolç» (a más azúcar, más dulce…) ;) Un beso y que pases muy buen fin de semana, que ya está aquí la primavera! (aunque creo que no va a asomar mucho las patitas este finde, no…)
Muchas gracias por la aclaración :-)
Y ¿primavera? Hace ya dos meses que la alergia me la anunció :-/
Saludotes,
Jose
Uffff, pues este año con la calina invernal viene pa’esconderse, dicen. Vete comprando mascarillas, como los japos… ;) Un beso!
POR QUÉ?!
Y me pregunto yo… POR QUEÉ?!?!
POR QUÉ DEMONIOS NO LLEGUÉ YO A TASTAR SEMEJANTE MANJAR?
*llora y hace la croqueta en un rincón de manera incomprendida*