flores de calabacín
flores de calabacín rellenas y en tempura
{para un entrante y cuatro personas}
- 8 flores de calabacín
- 100 gr de queso feta y 100 gr de un buen queso servilleta o burgos, o bien 200 gr de queso de cabra (tipo rulo)
- 8 tomates secos en aceite
- 2 puñados de hojas de hierbabuena
- dos puñados de piñones
- 1 vaso de agua helada
- 150 gr de harina (normal o para tempura)
- 1 clara de huevo medio montada (sin llegar al punto de nieve fuerte)
- sal
- un buen aceite de oliva virgen
Lo primero que vamos a hacer es preparar el relleno: trituramos los quesos con un tenedor, los rociamos generosamente con aceite de oliva y les añadimos los piñones pasados por la sartén para que se doren, los tomates cortaditos en tiras y la hierbabuena picada groseramente o partida en trozos con las manos. Amalgamamos la mezcla y la probamos, si fuera preciso ajustamos el punto de sal, pero como el feta es un queso muy sápido normalmente no será necesario.
Lavamos las flores bajo un chorro de agua ligero, y las dejamos sobre papel absorbente o un trapo de toalla para que se sequen.
Con unas tijeras, las abrimos con cuidado y cortamos los pistilos, retirándolos.
Las rellenamos con la mezcla, más o menos hasta la línea del cáliz donde los pétalos se dividen. Tomamos el final de los pétalos entre los dedos y los torsionamos como si cerráramos el papel de un caramelo.
Tranquilidad: aunque nos parezca que no, después mantendrán la forma.
Los colocamos en un plato y los dejamos en la nevera un rato (una media hora) tapados con papel film.
Pasado el rato, preparamos la tempura: batimos el agua helada con la harina con un tenedor, y le añadimos la clara montada utilizando una espátula, con un movimiento suave y envolvente y siempre de abajo hacia arriba. La masa ganará una textura más aireada.
Introducimos brevemente las flores en la tempura, escurrimos con suavidad el sobrante y las freímos en aceite de oliva o de girasol muy caliente, un par de minutos por cada lado o hasta que comiencen a dorarse. La capa de tempura debe ser ligera, para que el rebozado quede delicado, y es normal que no cubra la flor por completo, sino que deje algún pequeño retal al descubierto.
Éste es otro de esos platos que no deben esperar una vez fritos, así que acomodamos las flores en un bonito plato…
y a disfrutar de este claro preludio del verano, como siempre con una copa de buen vino, cenando al raso bajo la brisa nocturna de Levante. No estamos en Provenza, pero quién lo diría!
Feliz semana a todos!