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Escrito por el Nov 30, 2013 en cocina de cosecha | 4 comentarios| etiquetas: bacon, cenando como reyes, cenas de sofá, comida corazón, en 5 minutos, patatas, romero

patatas Hasselback

Oh, tarta de zarzamora, con moras grandes como pulgares, moradas y negras, cargadas de zumo, y con una corteza que en la boca se convertía en crema. La corteza y las moras me pasaron por la garganta en un abrir y cerrar de ojos, dejándome un gusto que hacía cerrar los ojos y desear viviendo eternamente aquel delicioso momento.

Richard Lewellyn. Qué verde era mi valle.

Adoro las patatas. En realidad yo soy eso que otra madre llamaba una «comedora de comida beis»: cuando tengo hambre de verdad siempre pienso en patatas, arroz, queso, mantequilla, bechamel, pan y aceite.

Así que las patatas en invierno para mí son como las mantitas para el sofá: un placer sin defectos (calorías aparte) y una defensa contundente contra la melancolía de las noches largas y frías.

Los que soléis leerme ya sabéis que las patatas rellenas al horno son uno de los primeros platos que aprendí a hacer cuando era pequeña, en mi libro del gato y el perro, y siguen siendo una de mis cenas-corazón preferidas.

Estas patatas son preciosas y una delicia.

El nombre se lo dio un conocido restaurante sueco, y en realidad lo único que tienen de especial es el corte en acordeón.

Hay que cortar las patatas muy finas y sin llegar al fondo, para que luego las láminas se abran un poquito como si formaran un libro.

En los huecos que se abren entre ellas depositamos láminas de ajo, bacon y hojitas de romero. Las espolvoreamos con aceite de oliva, sal, pimienta y colocamos encima un poquito de mantequilla, y las metemos a horno precalentado a 200º una media hora-cuarenta minutos.

Lo que es quizá más importante en esta receta de hacer en cinco minutos (horno aparte!) es comprar muy buenas patatas. Encontrar patatas de buena calidad hoy no siempre es fácil. Aunque tengan buen aspecto, a menudo no tienen verdadera riqueza de sabor ni esa carne mantecosa que queda maravillosa en el horno.

En casa. Patatas

Para conseguir un corte perfecto y sencillo hay muchos trucos, incluido el milésimo cacharrito de cocina diseñado especialmente para el corte, que tiene patentado Williams-Sonoma; pero quizá el más eficiente y simple sea colocar la patata sobre una cuchara de tamaño adecuado y cortar sin miedo hasta que el borde de la cuchara detenga el cuchillo.

En todo caso yo creo que con un cuchillo bien afilado, calma y buen pulso, no hace falta ningún accesorio, se cortan sin ninguna dificultad.

Al sacarlas o cuando falten unos minutos, las podemos rociar con una nube de queso rallado.
Y éste es el resultado, una patata dorada, con corteza crujiente y tan tierna que se derrite en la boca:

En casa. Patatas
Hoy hace un frío que pela y se está levantando un viento norte del demonio, así que una patata de éstas, peúcos, sofá, peli… Y a dejarlo soplar…

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4 Comentarios

  1. Les falta bacon. Más bacon.

    • Taaaaaá bieeeen…, ya sé que tú eres de la hermandad del más bacon por favor…pero es verdad, está tan bueno… Philippe Claudel contaba en un libro que he leído hace poco que para él no hay nada más perfecto para comer que un trozo de pan mojado en aceite de freír bacon, con bien de bacon encima… ;D

  2. Mañana mismito las hago para cenar. Oh, qué buenas. Comería patatas todos los días. Me gustan de todas las maneras.
    Un abracito de sábado frío calentito en casa. Cuídate.

    • Guapa!! O sea que somos compañeras de la cosa patatil? Qué bieeeen!!! A mí también me gustan de todas las maneras. Es uno de esos alimentos que tiene el poder de cambiarme el humor. ¡¡Y qué frío hace cariño!!

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